Actitud, oratoria, liderazgo, ¿cómo ser exitoso moralmente?
PARTE I.
Todos suponemos que el éxito es el poder, que viene acompañado de dinero, de amor, salud y ser o sentirnos felices todo el día.
Sin embargo humanamente, sabemos que la vida no viene en envases preparados que uno deba comprar y seguir una receta. Tampoco es la forma de entendernos socialmente, sino que la vida misma, no tiene guía. Nadie nace con un manual de vida debajo del brazo.
Claro, que a algunos, se les planeta más fácil, a otros mas compleja, en fin. Lo normal es que aprendamos cada día a transitarla y a hacernoslá medianamente satisfactoria y todo el tiempo intentar ser felices. Pero ¿cómo ser felices? bueno hemos de diferenciar la felicidad que es un término bien filosófico, al éxito. Ya que se puede tener éxito y no tener felicidad. O bien, se puede tener felicidad y no percatarnos que somos exitosos.
Lo primero que haremos es definir el éxito. Su origen es del latín, exitus (salida), como el efecto o consecuencia acertada de una acción o emprendimiento.
Ahora bien, intentar definir felicidad, podría llevarnos varios tomos de académicos clásicos hasta psicólogos contemporáneos. Sin embargo debemos comprender que ambos conceptos si bien; están sumamente ligados; de hecho la felicidad es una sensación, mientras que el éxito un efecto, también están abusadamente mal interpretados.
Siendo el éxito un efecto, deberíamos re pensar las acciones que cometemos para obtener resultados, en el corto o largo tiempo. Por cuanto es indispensable monitorear los pensamientos como paso previo a la acción. No somos animales,
sino que somos pensantes, razonamos, por cuanto podemos pensar antes de ser sanguíneos. Podemos medir nuestras acciones y en la mayoría de las situaciones hasta controlarlas.
Teniendo en cuenta que podemos medir nuestras acciones, podemos en cierta manera ejercer un rol activo sobre los efectos, y de esta forma sabemos que más allá del entorno, es indispensable sentirnos bien para actuar bien, encontramos una clave: "sentirse bien, a gusto, tranquilos, seguros, optimistas, y eso es armonía. Mantenernos en ese estado no será sencillo, y eso es constancia.
Atinada es entonces la siguiente frase que dice EL ÉXITO NO SE LE NIEGA A LA CONSTANCIA.
Si podemos mantenernos así, podemos ser felices, porque le daremos importancia a las cosas en su justa medida, porque sabemos que podemos actuar, y tratar de modificar las cosas Sino podemos, entonces esperamos esperanzados a que podamos movernos. Eso es seguridad en Dios, en uno o en lo que quiera denominar otorgándole poder terciarizado.
Encontrarnos en ambientes hostiles, nos predisponen a estar hostiles. Ahora si encontramos la armonía, podemos estar en armonía, en equilibrio; y todos los que estamos influenciados por es entorno, lo estaremos. De esta forma se puede manejar lo que uno quiere sentir. De esta forma uno intenta ya no solo accionar, sino incluso no someterse a acciones ajenas que nos hacen mal, que nos intoxican.
Las relaciones humanas si bien son naturales, y para algunos será en base a la Ley del mas fuerte, está claro que dependerán de la predisposición con la que uno se relacione. Y aquí está otra de las claves, si accionamos con poder, conseguiremos muchas cosas que nos beneficien espiritualmente. Y si estamos equilibrados y en armonía podremos tener éxito, en principio sobre el control de nuestros actos, y luego sobre lo que podemos lograr en el entorno. Ahora.... ¿qué se supone que es el poder?
Es la esencia del liderazgo, así como la plata o el sistema financiero lo es para el mercado y la harina para hacer pan.
Pero el poder es justamente: la capacidad de dar. Porque sabemos que aquel/lla que tiene poder puede dar algo; ya sea un poder político que dará dádivas o ayuda social, un poder de ser futbolista que nos dará emociones y firmará autógrafos, un poder dar arte como ser cantante, que nos dará gratos momentos, y así sucesivamente.
También el poder está relacionado con lo coercitivo, y la autoridad, pero no siempre es así de mal predispuestos. Depende de cómo se use tal poder en relación a los seguidores, si los hubiera. El cantante puede usar su poder para influenciar a su publico de mala manera, o dando malos ejemplos de vida a los jóvenes. Y para ellos, esto será autoridad, palabra autorizada, y no es por eso coercitivo, sino por decisión personal de seguir al cantante.
Porque para cada caso, el poder sobre nuestra persona (integridad, personalidad, animo, salud) está en nosotros, y no en los demás. A veces le otorgamos ese poder a los demás y es ahí donde comenzamos a fallar, es ahí donde dejamos que el resto nos influya todo el tiempo, que por ejemplo nos guié o diga que nos queda mal o que nos asienta bien, con quién debemos salir o vernos, y con quién no, o que debemos hacer o decir, o pensar.
De esa manera uno se siente terrible, porque los consejos dados en momentos justos son sanos, lo demás es autoritario, avasallante e inconscientemente no nos percatamos; pero nos controla y subordina; a menos que seamos menores de edad; bajo la tutela de adultos, esperablemente con valores morales y sanos física -mentalmente.
Nosotros podemos tener control de nosotros, eso nos dará seguridad, poder sobre nosotros, nos permitirá manejar muchas acciones, causas- efectos, nos permitirá manejar nuestro mal llamado destino, y solo lo lograremos con constancia, y convencimiento.
El poder como la esencia del liderazgo, siendo la capacidad de dar, (premios o castigos) nos permite ser lideres circunstanciales, podemos ser elegidos o no; nos pueden nombrar gerentes del banco o ayudante de cátedra, y nos dan cuota de poder sobre el resto, sin no sabemos manejarlo, al tiempo así también lo perderemos o se nos volverá en contra. Pero aunque no nos pongan en esos lugares terrenalmente de prestigio, podemos nosotros ponderarnos desde la humildad con seguridad, prestancia, atención y predisposición, a nosotros mismos. ¿Cómo? tratándonos bien y haciendo que nos traten bien. Sobre todo, tratando bien a los demás sin distinción.
No nos saludan al llegar, entonces saludemos nosotros, sirvamos nosotros, seamos atentos, agradecidos, y formemos hábitos de buenas conducta que nos permitan sentirnos cómodos, porque la única manera de cambiar el entorno es sentirnos bien y al menos nuestro sitio estará en orden, aunque el resto no lo este, con el tiempo nuestra influencia estará sobre ellos. Pero sino somos constantes, su influencia nos pondrá en peligro de desequilibrio. Debemos ser constante con lo las acciones que hemos elegido seguir, la armonía, la prestancia y el buen trato.
Ese es el poder, puede ser más o menos significante para el mundo material, pero espiritualmente es valioso, porque empieza en nuestro corazón.
De esta manera podremos sembrar y cosecharemos lo que queremos, con el tiempo. Pero el entorno se predispondrá a darnos lo que queremos o necesitamos, una vez que sepamos que podemos dominar las acciones o provocar efectos, racionalizamos cada paso.
Ahora consulto, no parece difícil ¿no? Sucede que no es "la razón" simplemente Sino que la vida, también es emoción, es corazón. Por cuanto, ¿cuándo damos lugar a los sentimientos? en primera instancia debemos comprender que más allá de cualquier mitología milenaria, o alguna que hubiera de existir en un futuro, científicamente o no, somos energía. De esta manera estamos regidos, nuestro corazón funciona con energía naturalmente, cuando deja de latir, es porque hemos fallecido. Esa energía es la que entendemos debemos manejar, porque es esa la que nos energiza, la que nos mueve, nos lleva a cometer acciones, y eso provoca efectos, ¿Cómo manejarla? controlando las acciones, ¿de dónde vienen las acciones? de la cabeza, porque somos racionales, no provienen del corazón, porque este no piensa. Siente. Y siente lo que le ordenamos que sienta. Puede ser discutible o no, muchas veces estamos distraídos e inevitablemente podemos caer en tentación. Pero en un 80% podemos manejar la situación con la razón. A veces sentimos que la cabeza nos juegan mala pasada, por ejemplo cuando estamos nostálgicos, cuando los recuerdos nos invaden, y allí seguimos estancados en ellos. No cambiamos la forma de pensar, y entonces generamos más de lo mismo, esa sensación sigue estando, pero ¿dónde está esa sensación? en el corazón. A veces los sentidos (un aroma) nos traen a la memoria momentos felices, y nos ponen de buen humor y alegres, o no, en fin.
Es la memoria la que moviliza, no es el corazón.
Primero es la cabeza, luego es el corazón. Por eso nuestros sueños son a veces muy reales, porque tenemos poder con la mente. Y aquí me detengo, si el éxito es la consecuencia acertada de una acción, entonces direccionémos las acciones. ¿Cómo? ya lo he dicho. Tomando decisiones conscientes. ¿Cómo?, siendo constantes y conociéndonos. ¿Cómo podemos conocernos?, solo con el tiempo y la introspección.
Podremos ante todo ser nuestros propios líderes si logramos conocernos. ¿Formas? hay miles.
La mejor es aceptarnos tal y como somos. Aprender de los errores y las virtudes y saber que eso nos dará seguridad, porque estamos hechos de experiencia. Con los años uno puede adquirir ACTITUD; si sabe manejarse en su introspección, buscando lo positivo y modificando lo negativo.
¿Qué es la actitud? es la manera de estar predispuestos a comportarse de determinada manera. Y volvemos a lo mismo, es la manera en la que queremos comportarnos. Tengamos buena actitud con cada uno de nosotros, primero, y luego con los demás. Eso nos dará poder.
Como parte de las acciones, la actitud incluye una buena oratoria, que es la forma correcta de comunicarse y persuadir. Es influir de muchas maneras, pero, no podemos ser o hablar de lo que no somos o sabemos. Debemos ser naturales. Si bien la oratoria es un show, porque no debemos ser monótonos, no aburrir y hacer que nos presten atención; tiene que ser lo más creíble posible. Tenemos que poder ser optimistas, (atraer pensamiento positivos, llenos de energía), tener más que un deseo (intención) de que las cosas saldrán bien, sino prepararnos para ese momento de oralizar, con el discurso y la práctica. Debemos tener compromiso con nosotros y también cuando estamos frente al publico, ser responsables y respetuosos con ellos, más que con nosotros. Porque la palabra una vez que fue lanzada, no es más propiedad del emisor, sino del receptor. Y el punto está en; ¿qué fue lo que ese receptor recibió y cómo lo decodificó?. Él podrá decodificar ese mensaje de varias formas, con interferencias en la comunicación, o no, con sus propios códigos, en base a sus herramientas o su experiencia,puede por ejemplo; ser pre-juicioso con la imagen que proyectamos y ese receptor ya se hizo de nosotros una idea, antes de siquiera escucharnos atentamente. Además hay que tener en cuenta qué atención o predisposición tiene ese público, su nivel de observación; de nivel académico, económico, etario, o si fue obligado a presciencia el discurso. No todo es negativo, sino que puede ser peor aun, nosotros tener miedo oratorio. Y ahí, es mejor retirarnos y quedarnos en la silla con el publico prejuicios y mal presupuesto.
El miedo es psicológico, no permite manejar una situación, es inseguridad y es sobre todas las cosas falta de experiencia e incluso a veces es baja autoestima.
Hemos hablado de las acciones, de los pensamientos, del éxito, del poder, de la constancia, y todo ello esta relacionado con el miedo.
En una segunda parte de esta edición podremos abordar mas profundamente el miedo como sentimiento, la oratoria como estilo de vida y carta de presentación, y el éxito como partes del crecimiento de una persona que requiere ser impecable en su comunicación verbal y no verbal.
Autora; Jaquelin Parada
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