Un placer terrenal
Cuando hablo de ellas, salivo. Su aroma me transporta a lo profundo del mar. Seducida, adherida y perturbada por su simpleza, cautivada por su popularidad culinaria, las hago mías en su ingreso triunfal, Me pregunto, ¿cuánto costará este placer terrenal? Las miré, todas perfumadas y finalmente las probé Desesperadamente me abalance sobre ellas. Inconcluso, probé una vez más pero con el incesante deseo de apagar mi fuego bestial, una cebada fresca en mi boca, mermo la loba voraz. La satisfacción se incrementa y mi espíritu se incorpora al probar otra de ellas vuelve a desbordar mi locura Y bajo mis instintos primarios, s olo me queda preguntar; -¡ mozo! ¿cuánto le debo por unas rabas y una cerveza, más? Jaquelin Parada 08-01-2011