Autoconocimiento


La sociedad estigmatiza no tener pareja. 
Crecemos pensando que debemos tenerla. 
Termina siendo el anhelo mas profundo del ser humano.
Lo que conlleva eso, es a hacernos depositarios de nuestras emociones fuera de nosotros mismos
Aquí, no se distingue género, idioma ni raza.
Siempre nos hablan de encontrar a alguien que nos complemente.
Películas, dibujos infantiles y hasta charlas de café.
En algún lugar hay alguien que nos va hacer felices.
En algún lugar hay alguien a quien nosotros debemos  hacer feliz

Sin embargo a cierta edad nos damos cuenta que padecemos de desamor, aunque hemos puesto todo de nosotros, hemos dejado las mejores intenciones en el otro, y nada funcionó, entonces ¿dónde estamos fallando? ¿Existe la media naranja o eso no es real? 
¿Por qué le sucede lo mismo a millones de personas?
Al encontrar a alguien podemos suplir nuestras carencias fascinándonos en el proceso de enamoramiento, sin darnos cuenta hasta que la cosa se complica. 
¿Será que no hemos sanado nuestras heridas, no nos hemos otorgado nuestras propias necesidades? Es que esto, siempre terminan siendo el mayor escollo de una relación.
De la estructura social hemos recibido la enseñanza de no ser egoístas, de sacrificarnos por el otro. Comprendemos que no debemos pensar solo en nosotros. 
Sin embargo para amar al otro primero debemos amarnos a nosotros mismos.
Siempre nos hemos negado a la auto reflexión, al sentimiento preceptivo del ¿quién soy? ¿qué quiero? Porque tenemos miedos irresueltos.  Y si no hacemos lo que el otro quiere, no nos va a querer más. No es así, debemos trabajar en nuestra autoestima. 
Tenemos que aprender a amarnos, primero, a aceptarnos tal y como somos, porque es la única manera de aprender a amar al otro tal y como es.


Indagar en mi autoconocimiento: 

Si yo no se quién soy ni lo que amo o lo que me hace vibrar, difícilmente podré relacionarme conmigo mismo en libertad. Tenemos el foco de nuestra atención en que el otro. En que no se vaya, de tal forma; que nos olvidamos de escucharnos, de atendernos. 
Si no nos respetamos, no podemos respetar la libertad del otro, y ahí entramos en conflicto con el otro. Pero existe un conflicto interno, no reconocer nuestras propias necesidades porque no sabemos quiénes somos. 

Aprender a decir que NO:

Hay que aprender a decirlo. Esa es mi libertad, nadie saldrá lastimado. Ese es mi límite.
No estamos siendo honestos con nosotros, sino sabemos cuando decir que no.
Si yo me amo y me respeto pongo límites, digo que No.
Eso no significa que estoy siendo malo con alguien, sino que de buena manera, evito
estar o ir donde no quiero. Porque cuando cede por costumbre, no se está escuchando. Y la vida nos pone gente que nos hacer exceder nuestros limites, nos hace negarnos a nosotros mismos, por miedo. Esas personas son nuestros maestros, debemos aprender de ellos y de las situaciones que nos ponen. Eso es asertividad. Es clave para una autoestima sana. No es herir a nadie, sino que se trata de cada uno, de las propias elecciones.

Me acepto: 

Soy consciente que tengo carencias, limitaciones. Porque no se trata de ser perfecto, sino de ser YO MISMO.
Me debo aceptar con mi luz y mi oscuridad. Si reprimimos esa imperfección, la proyectaremos en los demás, lo que generará conflictos. Debemos entender que somos humanos. Y de esa manera la resiliencia nos ayudará a transmutar ese momento o ese sentimiento. Paradójicamente cuando me acepto con mi TODO, más rápido me sano.
Si lo reprimo, se hará más grande. Debo ser quien soy, y aceptarme. Asumamos que la próxima vez lo haremos mejor, pero no nos quedemos en la culpa. Tenemos que eliminar la culpa. Debemos comprometernos con nosotros mismos a hacerlo mejor. Sino nos frustramos caemos en el dolor y en el miedo. Ya hemos lastimado bastante nuestra estima. Debemos entender que somos seres poderosos y podemos hacer las cosas mucho mejor cada día.

Analizar como nos hablamos a nosotros mismos:

Eso es parte del auto respeto. Debemos comprender que tenemos días mejores o peores que otros, pero no por eso dejamos de brillar. No debemos olvidar que podemos crear nuestra realidad. ¿cuántas personas no se miran al espejo y se hablan al iniciar su día? Debemos poder hacerlo. Debemos motivarnos, mirarnos a los ojos y decirnos, soy maravilloso, autentico, generoso, soy amor pleno, me amo tal y como soy. Debemos conectarnos. No desestimarnos ni lastimarnos, porque nos llenaremos de miedos. 

Lo que pensamos es lo que creamos:

Cubrir las necesidades básicas del ser humano. Por ejemplo la seguridad. Tener techo, calor en invierno, comida. Es cubrir la supervivencia.  Por que cuando nos falta algo de eso, no estamos pensando en tener pareja.

Sentido de pertenencia:

Es parte del instinto animal, ser parte de un grupo, de tener cosas y gente, es normal. Pertenecer a algo o alguien y, significar algo para alguien, es normal ¿Qué estamos buscando?, ¿afecto, seguridad, reconocimiento? No podemos buscar nada afuera. Ese es el juego de la vida. Porque todas las relaciones que tenemos son el reflejo de la relación que tenemos con nosotros mismos. No podemos buscar el reconocimiento afuera, si no nos reconocemos. Estamos dejando nuestro poder, en manos de los demás.
  Trascendencia:  
                               La búsqueda espiritual es individual.
No avanzaremos porque nos relacionemos con gente más espiritual Sino que debemos comprendernos desde las relaciones que tenemos y de ahí, aprenderemos.  Tenemos que encontrar la paz interior para evitar que el reflejo nos devuelva lo que no queremos. 



                                                               





   Autora; Jaquelin Parada 

Comentarios

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Abriendo el corazón, desde la compresión consciente de nuestra energía

UNASUR y las teorías de la integración