Destino

Si quieres hacer reír a Dios, contale de tus planes.
En la vida  siempre estamos planeándolo casi todo pero,  nada depende de nosotros. 
Hay un destino, y este debe cumplirse.
En la mayoría de los casos aparece bien marcado en las lineas de nuestra mano, porque hay caminos que elegimos antes de nacer y deben ser caminados. Hay otros alternativos, pero todo siempre nos lleva a un mismo destino.
Aunque hay millones de opciones, ya hemos elegido qué vivir y qué no. Ese es el destino. 
Nada es nuevo ni está prohibido, todo ya lo hemos vivido antes, pero en otros planos, no muy distintos al actual.
Existe una manera kármica para iniciar este juego llamado vida, en que el destino es la traza del tablero.

Debés saber que las fichas se gastan en, días de vida. Que la nostalgia no es un comodín y que para llegar a la meta, tenés que pagar los daños ocasionados y recibir regalos universales.




Es tú turno! Comencemos

Tomá los dados, tirálos Pensá en las deudas y las metas que tenés conmigo, dale.
Doy dos pasos atrás y estás despierto, acordate y revivamos este sueño.
Con el corazón abierto y la voz de mando, después de ver tu extraño azar, me decís tirá vos los dados, ahora!
Arrojo al cielo los míos y apareció que al sol del mediodía, mi alma te encontrará. En ningún plano anterior oí aquella voz. Ahora lo recordé, mi piel halló la tuya. 
Te tocá a vos.
Elegi tú drama, apurate porque yo ya elegí el mio y te sumé a mí problema. 
Tus dados encontraron razones para culparme, es perfecto!. Sigamos jugando. 
Tiro yo. Es mi turno.   
Salieron un par de oportunidades para re encontrarme con vos. Que bueno! Esta vez, no voy a forzarte, lo prometo. Pero nunca respondas mis preguntas, alejate, dejame ser feliz a mi manera.
¿Intentás descubrirme? Te vi, no es valido!! 
Es tu turno. Preguntá qué viniste a hacer, dale.
Yo recordé la mayor parte de mí misión, y ya casi se cumplió por completo,
Tengamos un hijo. Él, ya tenía su vuelo propio en partidos anteriores. ¿Te acordás? 
Lo vimos juntos en lo alto.

Ahora  elegiste vos.
Tirá los dados. No hagas tú vuelo sin mí, sabes que odio las despedidas. 
No!! 
No elijas alejarte de nuestro hijo, no lo hagas.
Lo hiciste.

Escribile, no lo dejes.
Vení, que te lo presento.
No abandones el juego. Él te busca, aparecé.
En otros universos, hace millones de años le regalaste tú tintero, te escuché decirlo.
Ambos te amamos por qué no nos reconociste. 
Ahora en tus ojos, lo veo a él. Volvé...
Revisemos este plan, modifiquemos el camino, no nos dejes.






                                                                                                        Oshila

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