Hace tiempo que venía involucrándome emocional y espiritualmente con
distintas corrientes del pensamiento teológico, historia de tradiciones
religiosas sobre todo de oriente, y que si bien me ha puesto la carrera de licenciada
en relaciones internacionales en ese camino mediante la variedad de lecturas, nunca
antes como ahora, había concretado mi interés en la abundancia del SER. Por
cuanto sin hacer más larga la entrega de este material que irá en diversas partes
dentro de este blog, adelanto que este conocimiento es de por vida;
claramente es un estilo de vida, un sistema de educación. Y entonces, me dejaré al libre
albedrío de dar lo poco que hoy puedo conocer desde mi limitada mente humana,
para compartirlo con ustedes en el plano del tiempo que les toque leerlo; sin dejar de adelantarles, que más allá de amar a mi maestro Jesús y a
su padre; el creador del universo; comprendo que somos eso; imagen y semejanza
de él.
Así que; en esto consiste todo. Es comprender que la felicidad está
dentro nuestro y no es algo místico e inalcanzable o externo a nosotros. Ni son
momentos breves de placer o cuestiones vinculadas a lo sensato limitado y
tangible de la racionalidad humana, como lo es lo material, lo económico, lo
físico (relación de pareja) la buena salud, y diversas terapias o yogas
dispersas por doquier que en definitiva son parte de ese equilibrio emocional
que necesitamos terrenalmente para más que soportar, es ¡vivir! la experiencia humana. Es más que
eso!.
Sigan leyendo y descubrámoslo juntos. Gracias por estar
conmigo en esta pasada experiencia, consciente! ………………..
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Óscar Montero |
Óscar Montero profesor certificado en Iyengar Yoga y
Kundalini donde ha enseñando en los últimos 12 años. Fue licenciado en
Económicas y Empresariales y emprendedor en Internet durante 16 años, pero hoy
es discípulo directo de Swami Dayananda Sarasvati desde el 2005.
Swami Dayananda es el profesor de vedanta más reconocido de los últimos 100
años. Óscar ha estudiado vedanta, sánscrito y recitación en sus ashrams tanto
en India como en Estados Unidos. Óscar es profesor certificado en Iyengar Yoga
y Kundalini donde ha enseñando en los últimos 12 años. Fue licenciado en
Económicas y Empresariales y emprendedor en Internet durante 16 años.
Y justamente Montero, es el
maestro que me ha traído en este presente este conocimiento, el cual mi alma
estaba esperando. Espero a quien lea éstas páginas, le sea tan útil como a
mí, y que verdaderamente este lista su mente para recibir tal información, caso
contrario, solo dirá, no. Adiós.
¿Qué es el Vedanta? Es un estilo de vida desde el conocimiento
sobre la tradición de oriente en India de la cultura védica. Porque el conocimiento
en India es distinto al de occidente. Allá es algo integrador, totalizador, no
está disperso. Es un cambio cognitivo para el occidental, que le de más allá
del sentido práctico una integración del saber hasta ahora indagado sobre el
SER.
¿Por qué las personas se
interesan en la cultura védica? Nos interesamos gracias a diferentes dudas y búsquedas.
Generalmente se relaciona con un malestar, que vincula a no tener un proyecto
de vida que nos satisfaga o de felicidad real, no que sea parte de los ideales
de la sociedad o lo que ella o el entorno más cercano espera de nosotros. Sino lo
que verdaderamente nosotros queremos. Aunque a veces es justamente eso, no
sabemos qué queremos. Algunos llegan a este conocimiento porque no le
encuentran sentido a la vida, ya sea que están aburridos, depresivos, cansados
de prácticas diversas que no terminan quitándoles ese vacío extraño en lo más
intimo.
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¿Cómo empezamos? Este viaje
espiritual se da en un tiempo donde contemporáneamente muchas personas están en
la misma búsqueda. Solo que el problema es que no pueden auto diagnosticarse y
por ende, menos aun automedicarse. Por cuanto pueden asistir a cuanto curso en
este mundo occidental exista, aunque del todo existente; a veces aparece lo místico
y esotérico, pero en realidad si no comprenden la raíz del problema poco podrán
auto revelarse una solución. Es que en occidente hay como muchas recetas que se
adaptan a cada personalidad, siendo que no deja de ser eso, la personalidad que
está por encima del verdadero SER. Pero en la India por ejemplo no se
diferencian las prácticas por gustos, comodidad o personalidad del yogui. Sino que
hay una visión completa, no conociendo la técnica, sino la raíz. Allí se sabe
aun quién tiene el conocimiento, y esto en occidente no sabe, sino que se
empieza muchas veces según los karmas que tengamos. Aunque nada es casual, los
grupos espirituales que hayamos experimentado son parte de ese valor
espiritual, como corriente rigurosa que a muchos incluso los ha dejado inmersos
por años. No está mal. Porque de esa
manera hemos logrado la armonía para poder estar listo y entender la cultura védica,
que de otra manera dispersos, o con cualquier malestar no podríamos leer éstas
líneas.
¿Qué nos aportaron esos grupos
primeros de espiritualidad? Se pueden clasificar por categorías; a saber:
1) Salud física:
se supone que al estar en contacto con una disciplina o ejercicio como es el
yoga nos de bienestar. Es importante para iniciar este viaje espiritual. Pero desde
los textos védicos ese ítem tampoco se descuida, porque debemos cuidar el
cuerpo, que es limitado. Además muchas de esas actividades involucran a la
energía, alienación o limpieza de chakras y demás, que nos permitieron el fluir
y buen funcionamiento de las funciones fisiológicas y emocionales en este plano
de la vida humana. Solo que este también es limitado. No es el objetivo, porque
no nos deja ver el problema fundamental, y es el que todos tenemos algún
sentimiento de carencia, y el por qué o qué sucede que seguimos infelices.
2) Salud
emocional, moral y mental: los cambios se notan gracias a los grupos, porque
nos hemos equilibrado, hemos podido detectar el ego, el la ira, etc. Justamente es eso, el yoga es SABER VIVIR
BIEN. Es conocer, es prestar atención a esas partes sutiles de cada uno. Lo moral,
llamado DARMA, está conmigo todo el tiempo porque es inherente al ser humano y
a su vez interactúa con la sociedad. Es
el como estoy cada día, cómo actúo ante el mundo y cómo recibo-reacciono lo que
me sucede en relación también a mi entorno. Es una manera de liberarnos de la
distracción. Esa estabilidad mental nos permite un cambio cognitivo, pero no es
la cultura védica, porque no es mágico, no se aplica por técnica. Porque esto también
es limitado y tampoco son el objetivo final, ya que debemos convivir con las
emociones y poder bailar con ellas, pasar esa experiencia que es humana y jamás
dejará de serlo en este plano. No seremos seres sin emociones, solo que
podremos ejercer control sobre ellas y aprehenderlas, no ser esclavos de ellas.
Sin eliminarlas podremos pasar a la siguiente fase del aprendizaje terrenal,
sin obtener la perfección.
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3) Experiencias
esotéricas: algunos mediante los grupos buscan experiencias fuera de lo normal.
Quieren ver materializado algo de lo que leen o creen. Eso les daría más poder
sobre el resto porque tendrían ciertos conocimientos que los demás no tienen, o
bien cualidades sobre naturales que expandan el ego. Pero sigue siendo una
necesidad de hacer conforme al resto. Sin embargo en la India los maestro que
también tienen dones como cualquiera de los que camina en una senda espiritual,
no quieren darse a conocer, porque afirman que pierdan la vida detrás de su
don. Por ejemplo si pueden sanar, se les irá la vida sanando y no podrán
VIVIRLA. Hemos venido a vivirla, tampoco hemos venido a meditar y aislarnos del
mundo, sino a vivir en este mundo y encontrar el verdadero objetivo que la cultura
védica nos revela. No es egoísmo sino que cada quién tienen su propio proceso y
tiempo de evolución karmita y conciente. Además el objetivo védico es más
sencillo que todas las prácticas espirituales conocidas, porque nos permite
descubrir la verdadera paz y nos enseña a compartirla en casa, en el trabajo,
en el propio y diario entorno; sin
encerrarnos para evitar confrontar, que en definitiva es vivir. Para ellos
debemos hacer un análisis del CÓMO primero.
Estas categorías todas, tienen un
límite. Pero está en un contexto mayor que el autoconocimiento, es preparación.
Y más allá de la consagración, siempre está esa misma carencia que no podemos
definir o clasificar. La cultura védica trata directamente con el ATMA, que es UNO, en sí mismo, ¿por qué creo que soy lo que soy?. No el personaje. Sino ¿cómo
me miro?. Y la disciplina es el yoga,
pero no lo sustancial del conocimiento, sino una de las técnicas. Dejando atrás mis logros anteriores, porque en
cuanto empiece con lo védico lo que conozco hasta el momento entrará en
conflicto, debo prestarme como alumno/a, aunque tengas años encima de disciplina
cualquiera fuera. Es valentía con humildad de corazón para descubrir las
falacias que hemos transitado hasta hoy.
Autora; Jaquelin Parada.
Actualmente sigo uno de sus cursos //academia de filosofía de yoga y vedanta que ha sido de gran interés y ayuda de conocimiento ya que es un privilegio,, encontrar este estudio a esta distancia
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