Introducción a la filosofía del yoga y los Vedas Parte II


Las clasificaciones dadas o, disciplinas aquí agrupadas, como vimos no son suficientes. Porque la tradición védica no es practica en sí misma. Pero desde aquí empezamos. Ya que si todavía tenemos un sentido de carencia es momento de descubrirla. Y eso hemos visto que con la práctica no se va.  Debemos analizarnos como sujetos sí realmente somos carentes (revisión de lo que creo hacer o SER), de mi identidad, de mi visión sobre mí. Y las disciplinas no tocan esa parte. Entrar por la puerta del vendanta es eso, tocar el fundamento del SER, pero ver el problema fundamental y poder diagnosticarlo, acompañado de un maestro, de lo contrario solos no podremos. No quedarnos en la espiritualidad moderna, porque aunque en occidente se es muy serio, sincero y se ha tomado con compromiso el viaje espiritual, no alcanza. Porque debemos saber adónde vamos Comprendiendo que el vedanta es la eliminación de esa ignorancia y el yoga la técnica. 
El maestro hace un análisis de la condición humana, del problema fundamental, no con un fin erudito. Y es ahí donde se comienza a comparar al humano (Bayuna) con los animales, viendo las diferencias e igualdades.
a) ¿qué compartimos con los animales? El hecho de sobrevivir. De buscar comida. De tener descanso, de protegernos o buscar seguridad por miedo a algo externo y de propagarnos.
b) ¿ qué nos diferencia de los animales?  El intelecto, llamado gudy. Que es la facultad de discernimiento. La posibilidad de planificación sobre el futuro que los humanos tenemos. El humano piensa desde la escases propia de su ignorancia de su propio SER. 

Aunque algunos grupos o escuelas nos recomiendan no hacer caso al intelecto, entendamos que entonces no haríamos caso a lo natural del humano, a esa dignidad de serlo, porque ese intelecto nos permite un juicio de nosotros mismos, comparándonos con otros. Es auto conocimiento, lo que justamente no tiene el animal. Porque el animal no crea al mundo, solo vive, el hoy, tiene desapego con el entorno y no proyecta el futuro. Sin embargo el hombre trasciende ese entorno y hasta lo puede crear o transformar, mediante el arte por ejemplo. No solo se conduce por instinto como el animal, sino que se pone OBJETIVOS mediante el libre albedrío. Y eso el animal no lo tiene, porque está gobernado por sus instintos. 

Analizando al humano; 

1) Capacidad de proyectarse; aquí los vedas establecen 4 categorías o metas. ¿El por qué estamos aquí? 

a) La meta del ser humano que compartimos con los animales es la búsqueda de la seguridad;  y en varios niveles. Ya sea para el caso más común en el hombre, la seguridad  física, emocional o biológica. Hay tantos niveles como formas de vida dinámica y moderna existen en occidente que no tiene límites. Seguro para el auto, la vida, la casa y lo más llamativo el seguro para la vejez, quiere decir que nos podemos proyectar. 

b) Búsqueda del placer. Al igual que los animales que gustan tener mimos o jugar, los humanos nos distraemos y de tantas formas como variedad de ofertas la vida moderna nos da. Sobre todo el confort, ya sea cubriendo las supuestas necesidades físicas, biológicas, gastronómicas, intelectuales, etc. Que no está mal siempre y cuando no nos distraigan demasiado. Podemos identificar según el entorno o la edad que nos gusta y que no nos gusta. Justamente es la propia sociedad que nos otorga la cobertura y creación de ese deseo de búsqueda de placer constante, y no tiene límites.

c) Darma. Vida moral. Eso no tiene el animal. Porque por ejemplo un león cuando caza no siente culpa, sino que es instinto. Pero eso es inherente al humano, sabemos qué no nos gustan que nos haga y por ende deberíamos poder discernir que no haríamos. No nos gusta que nos mientan, nos maten, nos priven de la libertad, etc. Entonces respetar esas normas o leyes de la moral (Darma) es esencial para convivir con los demás; con lo que buscaré el placer o la seguridad en relación a ese conocimiento inherente. Está en nuestro corazón que luego claramente puede corromperse por la experiencia no canalizada de la vida no espiritual. El Yogui es el que toma la experiencia (karma) con ecuanimidad; quiero decir que no reacciona sin control a esas emociones o situaciones. De igual modo, el karma es una cosmovisión más adelante tratada.

La ley moral forma parte del orden, y cuando uno la sigue está en armonía. No está separado de Dios, porque está en la misma creación, la heredamos de él. Sino el universo estaría imperfecto. No hay que hacer ningún curso sobre moral, Es la Ley de causa y efecto, cuando actuamos plantamos como una semilla que luego dará sus frutos, ahora o más adelante pero lo hará. Y por eso cada acción debe ser moral. Existe el SUCA que es la experiencia agradable (buena cosecha) y el RUCA que es la experiencia desagradable. Y ambos son la conjunción de la experiencia humana, que debe vivirse en el Darma (MORAL). Entonces teniendo en cuenta que lo que hacemos ahora y los karmas que tenemos (de esta vida desde que nacemos o de vidas pasadas para los que creen en la reencarnación) estamos viviendo como humanos. El DARMA es cómo voy a actuar en la sociedad, conmigo y lo que esperan de mí y siempre bajo el libre albedrío. El yoga nos enseña a reconocer cómo actuamos, dónde están las acciones adármicas (amorales). 
A su vez el DARMA es moral y es mérito., porque es la forma invisible de riqueza que en occidente, algunos llaman suerte. Pero eso no existe, como tampoco es parte de la sistemtización científica. Porque si avalamos la suerte, entonces decimos que el universo es azaroso y no es perfecto. Cuando si lo es, porque su creador es Dios. Lo que llaman suerte es ley de causa y efecto. Causalidad.  Para el vedante no existe la suerte, sino que nos creamos las situaciones o cosas actuando sobre ellas, en este plano que repercutirá más tarde o más temprano, pero es efecto de una causa. Entonces las acciones se acumulan, no la suerte.

d) Búsqueda de Moksha, que es la liberación. ¿Liberarnos de algo que nos oprime, ya sea económico; político, social o emocional? No. Sino de dar luz a ese problema fundamental. 


Hasta ahora hemos buscado en lo invariable desde grupos con fines limitados en el camino espiritual, o bien en las búsquedas ilimitadas como lo son la seguridad o el placer. Es más bien buscar lo que ya tenemos, lo constante, el ACMA Que es el YO; pero no, desde el personaje, sino desde el SER esencial creado por Dios. Podremos por la cultura vedanta. Así podremos rectificar las falacias que si bien n están mal en este recorrido porque reitero nos han otorgado la armonía para llegar al vedanta, son parte del camino que nos abre esta puerta del conocimiento integro, totalizador.  Es la forma absoluta de liberación. Sin que ello implique abandonar las búsquedas, no es que dejaremos todo y nos iremos a la India, sino que es vivir en el conocimiento de ese problema fundamental, dentro del entorno que tenemos con el personaje que nos trajo a esta vida. Como padres, como empleados etc.  Solo que sabremos qué carencia tenemos y cómo solucionarla, para otorgarnos la felicidad real y constante, la plenitud ilimitada. 

Entonces lo ilimitado no se puede mejorar, sino que se debe mejorar el SER. El yoga trabaja en crear una persona emocionalmente madura. Porque el problema fundamental no se resuelve solo con terapia psicoanálisis, porque no se está tratando con el SER. Sino analizando la verdad de uno mismo (conocimiento del braman) a nivel fundamental.
El requisito, como estilo de vida (para crecer espiritualmente y ver la verdad sobre mí), está en dos partes: Preparación y Conocimiento. 
Ambos nos llevarán a la liberación que es ilimitada, a la esencia; no al personaje. Reconociéndonos en esa naturaleza. De lo contrario, lidiando con el cuerpo físico, con las emociones, deseos o ansiedades no podremos entender el vedanta., que viene como un paquete de estilo de vida, con cinco actividades que más adelante veremos. 
Tenemos que poder ver lo que realmente somos, revelar esa verdad, eliminando lo que creemos ser, y el método es la clase de cursos de vedanta y reconocer ese proceso intelectual, que mediante el yoga nos permitirá retener esa visión. 
Comprendiendo que la felicidad es personal. Que aunque nos de felicidad a nosotros el descubrimiento no podremos imponer a otros ver o leer sobre vedanta, y menos aún adelantarlos a un proceso del que aún no están listos, ya que aún no han analizado cosas en su vida. Por ello tampoco podemos enseñarles a los niños sobre esta cultura védica. Porque se trata de la experiencia Y ellos no pueden aún hacer un trabajo intelectual para desde la mente discernir este conocimiento. Solo en la experiencia se puede acceder. Con el tiempo lo harán. Porque hay que rectificar y conocer las fallas, y ellos ¿ que fallas pueden tener, si están comenzando a vivir?. 
Respecto a la voluntad de ayudar a los demás, no es mala. Simplemente que es respetar los tiempos de cada uno. Sino seremos falsos altruistas. Es más bien para el ego o satisfacción de nuestra felicidad limitada, pero nada tiene que ver con la felicidad del otro ser. 
Entonces reconocernos Tomar conciencia de algo, viviendo en el mundo, que no solo supone satisfacer nuestros deseos, sino desde la verdadera naturaleza, conociendo la acción que provoca efecto, es vedanta.

Hay dos tipos de logros o metas:

1) De algo que no tengo y que quier conseguir. (Es lo diario. Es la acción que me involucra con el entorno, mediante el esfuerzo y en espacio y tiempo determinado, es limitado) 

2) De algo que ya tengo (Es ilimitado, es algo que tengo y no he visto) ¿dónde está y por que no lo veo? Está dentro nuestro, es inherente al humano, es parte de la creación de Dios y es constante, es la felicidad verdadera. Solo que no la hemos visto por la ignorancia lógica de la vida humana. Es la conciencia que hemos venido abriendo con las demás disciplinas categorizadas anteriormente y que nos dieron un camino espiritual, solo que ahora con el vedanta algunos conocimientos entrarán en conflicto. Porque el ritual de mantras no me dará felicidad, es limitado. Siendo que el yoga es parte del crecimiento también es limitado. Entonces el reconocimiento del conocimiento que ya tenemos, mediante la capacidad de pensar, de hacer cognoscible mediante el vedanta, podremos descubrir ese problema fundamental y darle solución. Porque la felicidad no esta separa de mí. Es como cuando perdemos algo y resulta que lo habíamos puesto distraídos en un lugar de nuestra ropa y no recordamos que estaba allí. Pero mientras buscábamos, lo llevábamos encima. El vedanta no es transformación mágica ni es manifestación esotérica, sino que se da a través del sujeto, que puede reconocer la ignorancia, gracias a la metafísica y la madures espiritual adquirida. 


Autora; Jaquelin Parada. 

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