Rostro


Puedo encontrarme mil caminos  pero jamás hallaría ese rostro.
Él me iluminaba, me llenaba el alma. 
Esperaré una eternidad  hasta volver a encontrarlo.


No le guardo rencor.
Él no supo conquistarme, no quiso buscarme. 
Fue un rostro de amor perdido, de olvidó, de cenizas de lujuria abandonada.
Fue semblanza y paz. 
Fue amor del bueno. 
Fue pleno, fue mío, fue real.
Me enseñó tristemente a amar.


Tenía millones de formas para volverme a enamorar.
Deicidio quedarse en mis sueños, esperando el día en el que yo, cruzara el portal. 




Oshila

Comentarios

Entradas populares de este blog

Abriendo el corazón, desde la compresión consciente de nuestra energía

UNASUR y las teorías de la integración