Odio


Odio tu ausencia, cruel con mi esperanzado corazón

Odio tu silencio en mis entrañas ansiosas.

Odio tu desapasionada melodía ausente de mi melancolía

Odio tu estrechez sobre de mi sensatez

También odio esta lujuria mía y sin vos.
Odio haberle pedido tu alma al universo, y al llegar, no quisiste compartirla conmigo.

Odio tus besos ajenos. 
Odio tus silencios estúpidos de miradas nerviosas de a dos

Odio además, tu incomprensión en lo que podría haber sido, pero no fue.

Con todo el odio del mundo, sigo acá.
Sin tus palabras, sin tu voz, sin tu hermosura y tu hombría que podría haberme entregado el universo entero, si lo hubieras deseado.

Odio finalmente este amor que te tengo y no fue. 
Odio además, a ese pequeño en mi memoria, sonriéndome, desbordándome e inesperadamente; desapoderadamente


Así nadie me querrá. Odio haber pergeñado el intento frustrado de enamorarte. La luna y yo estábamos cautivas de tu encanto.                                                                                                         
                                                                                            
 Ahora odio decir adiós. Pero me voy; sin dejar vestigios de sueños rotos,  ni al alzar tu timidez.
Tampoco olvido tus miedos, tu vergüenza y tus silencios. 


Odio que te enteres que probablemente en ocho mil encarnaciones te perdone. 
Odio sentir que te hubiera regalado la galaxia  más azul y brillante, 
si me hubieras que sí. 

Oshila

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