No me alcanzó
Verdaderamente eras un cuento. No me alcanzó tu optimismo, ni tu deseo de solo verme, ni tu aliento, ni tu música, para que te enamores de mí. No me alcanzó la ilusión, ni perderme de nuevo en tus ojos, para que te enamores de mí. No me alcanzó tu mano y la mía, el contraste de tu piel y tu rostro; y tampoco las palabras dichas, para que te enamores de mí. No me alcanzó vencer el miedo, y no guardarte rencor, comprendiendo tu distancia, para que te enamores de mí. No me alcanzaron los días contados, ni las largas charlas o abrazos dados, ni los besos entregados, para que te enamores de mí. No me alcanzo verte, y dejarme enloquecer, perdiéndome en tu sonrisa, para que te enamores de mí. No me alcanzó mi imperfecta humanidad, para cuidarte de este amor que sentía por vos. Éste, que no pudo cambiar, que no puedo acallar, que no puedo ocultar; y que hoy duele en la soledad; como una herida que me mantiene