Indagándome I




He vuelto a algunas banales musas inspiradoras
para escribir estas absurdas palabras que estás leyendo

Todo me desata un mundo de emociones
La hiper sensibilidad está como rocío de primavera en mí
No quiero ser sendero de perdedores,
ni hablar de más, cuando no hace falta

Me anima saber que hay largos caminos todavía por recorrer
Me enloquece la ira ajena
y ese despecho de venenosos prejuzgadores

Fantasmas del amor son los azotes del pasado más lejano
que como en el mismo desierto me caen como oasis maliciosos

Querido infierno….
dejame cerca del fuego pasional
que me quema el corazón, para no perder la razón.

Veo penumbras de ilusos habladores
que iluminados siguen sin caminar, arrastrándose

Señuelos de romances que arrebatan mis ilusiones
que descubren pedacitos de mí, todavía crédulos.

Abusivos, negociadores de mis horas,
entre papeles y cajas de esta mudanza,
mudo mis anhelos a otra parte.

Para que el viento me amontone donde tenga que estar
Para que la lujuria que me envuelve me lleve lejos del mal,
me guíe donde haya risas y olor a vida, de madrugada


Cuando la almohada esté mojada, sabré que no estoy muerta
que muero de deseos queriendo decir más y pensar menos

Que algunas noches me desnudan
las frazadas frías, los carnales momentos, 
estúpida!!.

Premeditando cómo saber y cómo salir de ahí
pergeño miradas perturbadoras
labios moderadores y hasta suspiros mentirosos.

Un paquete completo de incógnitas sucias
que  marcan un rumbo eterno
para mirar al horizonte más feliz, porque soy libre!!

Querido infierno….
 no me saques de este invento
de este cuarto largo y lleno de humo.

No me disfraces de sombra como los habladores eternos
ni tampoco descubras de mi la mujer fiel e ilusa
Esa, se guardó en los pétalos de las mutisias mas recónditas.

Preferentemente saldré a cazar vampiros por esta ciudad
con estacas de plata y sangre,
para que giren sin salir jamás de su agonía

Yagas de heridas abiertas, incomprendidas
zaparrastrosas de tropiezos que nos son míos,
sino de aquellos que queriendo la perfección me han confundido.

En mi debilidad está perezosa la verdad castigada por los años
alumbrada de vacíos graciosos y de besos perdidos

Como una épica de las guerras medicas
cuando los imperios creían que podían con el mundo,
así me queda ésta espada sin uso
filosa pero esperanzadora de encontrarlo
de azules colores y nieve dura
por el paso del tiempo.

Te murmuraré al oído lo que querés escuchar.
Un típico hombre practico,
pero mal jugador
que sabe de todo pero no sabe ni jamás sabrá de mí.




Autora; Jaquelin Parada


Comentarios

Entradas populares de este blog

Abriendo el corazón, desde la compresión consciente de nuestra energía

UNASUR y las teorías de la integración