Política exterior argentina del gobierno de Frondizi
La Revolución Libertadora prometió
elecciones libres, por cuanto se gestó un pacto entre Arturo Frondizi y Perón
para aportar con su caudal de votos a quien luego sería presidente, ante la
proscripción peronista. La fórmula Arturo Frondizi-Alejandro Gómez consiguió su
victoria en las elecciones del 23 de febrero de 1958, en medio de un compromiso
con Perón y las presiones militares de la Revolución Libertadora de
lineamientos liberales anti peronistas. Por cuanto bajo la asesoría del
economista Rogelio Frigerio se proponía un modelo desarrollista que aunque no
fue anunciado como tal en su primer discurso, luego fue en las acciones
evidente en torno a las modalidades occidentales.
Frondizi
habló en principio de un “bienestar para todos”, pero no mencionó en ningún
momento la reforma agraria, ni la nacionalización de los servicios públicos,
energía, o combustibles que esperaba por parte de los nacionalistas peronistas.
Sino que contrariamente a ello, se proponía que el capital extranjero debía
contribuir al desarrollo de la explotación petrolera, la siderurgia, la energía
eléctrica, la petroquímica, siendo el principal el elemento dinamizador del
desarrollo. Sin embargo sería un desarrollo orientado por el Estado en
beneficio de los intereses nacionales, y no por el libre mercado.
En
cuanto al compromiso con Perón, paulatinamente se fue esfumando; aunque el
presidente pretendía que el General vuelva al País, y además quiso por Ley conceder
una amnistía amplia y general para todos los delitos políticos y militares,
ningunas de las dos situaciones fueron posibles.
En el
campo económico también se vieron sus contradicciones; ya que en algún momento
previo a su elección Frondizi se habría manifestado en favor del monopolio
estatal de la explotación petrolera en torno al contrato de Perón con la
Standard Oil de California, ahora había intervención
y reorganización de YPF, y continuación del programa de reactivación que
comenzó el gobierno anterior, pero con la firma de nuevos contratos de
exploración, explotación y servicios para intensificar la producción. Mediante la celebración de nuevos
convenios con algunas compañías privadas extranjeras, la cooperación del
capital extranjero se realizaría a través de YPF y mediante pagos
exclusivamente en moneda nacional y en dinero extranjero; no se pagaría en
petróleo ni se perdería el dominio del país sobre las áreas explotadas. Al
respecto Perón en dijo; que nada hay de
común en el fondo y en las formas de lo que se está haciendo en estos días con
lo que nosotros proyectábamos realizar.
Aunque
el diseño de la política exterior del gobierno de Frondizi se comenzó ver
recién 1958, hasta el momento la percepción de EEUU sobre el mismo, era en
relación a su independencia y neutral a diferencia de la actitud de La
Revolución Libertadora que se había inclinado más por los vínculos comerciales
con Gran Bretaña.
Sin embargo se pretendía seguir con el
accionar de intentos de liderazgo del Conosur mediante un mayor protagonismo en las decisiones del bloque
occidental y a ser el transmisor de las pretensiones de los latinoamericanos
frente a Estados Unidos y Europa, por su posición geográfica estratégica y sobe
todo por su conformación poblacional gracias a la inmigración mayoritariamente
europea de mayor tolerancia con raigambre judeocristiana.
En
una época de culminación en el plano de la guerra fría, se ingresaba a una transformación
científico-tecnológica en el marco de una nueva revolución industrial internacional,
que podía generar interdependencia entre los países, visto por Frondizi como un
lapso donde la historia tendía a la historia universal. Esto en razón de que se
debía ir cada vez en busca de la convivencia internacional pacifica, ya que la
revolución tecnológica se desarrollaba sobre todo en el campo armamentista, lo
que indudablemente incidía en las relaciones de poder.
Junto
con el fenómeno de la reciente descolonización, el conflicto Este-Oeste daba
paso a un nuevo enfoque de las relaciones Norte-Sur, que permitía una nueva etapa
cooperativa entre las superpotencias que se verían obligadas a aportar con los países
periféricos como lo era Latinoamérica. Y en este contexto; Estados
Unidos era una de las potencias hegemónicas con capitales disponible para
implementar programas que permitan el desarrollo argentino, de esta manera se
mantendrían los buenos vínculos con este País, y a su vez los acercamientos con
sus pares latinoamericanos como fue por ejemplo el apoyo al Programa “Operación
Panamericana” presentado por el presidente de Brasil Kubitschek. Sucede que las relaciones con EEUU en
torno a America Latina no estaban en su mejor momento, ya que la guerra llevo a
mayores índices de pobreza y desempleo sobre todo en los países periféricos que
reclamaban aportes de las potencias. En ese marco en 1958 se llevó a cabo la
Conferencia informal de los veintiún ministros de relaciones exteriores de la
Organización de Estados Americanos (OEA) en pos de combatir el subdesarrollo, entre ellos
una serie de medidas dadas por ejemplo por el FMI al cual nosotros decidimos
adoptar, de estabilización económica mediante créditos, pero todo esto comenzó
a generar disconformidad en 1959. Algunos peronistas comenzaban a manifestarse
gestando guerrillas en Tucumán y Santiago del Estero; momento en que los
militares hablaban de la creación de un estado de terror que tenia por fin provocar
la guerra civil y facilitaría el regreso de Perón.
Conscientemente
con estos acontecimientos; en Buenos Aires comenzaba la segunda reunión del
Comité de los Veintiuno, donde asistieron delegaciones de toda América latina y
de Estados Unidos, entre ellos Fidel Castro. Aunque Argentina trató de resaltar
el objetivo económico de la reunión, Frondizi le hizo saber a su par cubano, su
preocupación por evitar la violencia y la exportación de la revolución, con dos
antecedentes como prueba. Uno que anteriormente ya el embajador argentino ante
la invasión de Panamá por fuerzas armadas de Cuba, se había manifestado en
oposición en cuanto a tales acciones desestabilizadoras; y además
anteriormente; el gobierno argentino había rechazó un pedido de Fidel Castro de
comprar armamento a la Argentina.
Sudamérica
tenían una percepción del problema cubano bastante diferente de del
norteamericano, considerando que era una cuestión bilateral que debía
solucionarse entre ambos países, pero EEUU tildaba a Cuba de un caso concreto de penetración comunista en el continente y, por
ello no solo buscaba mantener a los países latinoamericanos alineados por una
cuestión de seguridad, sino que entendía que tal problema cubano; se debía
resolverse de manera colectiva en el marco de la OEA, los presidentes
sudamericanos entendían que la cuestión residía en el subdesarrollo, no en
Castro.
Mientras
tanto la Unión Soviética envió delegaciones comerciales a América latina, de
modo tal que a fines de 1960 firmó un acuerdo comercial con Cuba, con Brasil, y
estaban negociando otros con la Argentina y Chile. Ofrecían construir una
planta de fundición de estaño a Bolivia. EEUU sabía de la necesidad de
inversiones del Conosur, pero lo veía como una para correrlos del plano
internacional en la región.
Sucede
que ante
la critica situación interna que vivía argentina de continuo deterioro, donde
Frondizi debía comenzar a racionalizar las empresas del estado para disminuir
el déficit fiscal, y ante las elecciones
de marzo de 1960, con una importante mayoría de
votos en blanco dirigidos desde España por Perón a modo de manifestación
de disconformidad por su incumplimiento del pacto, se comenzó a vislumbrar cada
vez mas la generalizada insatisfacción con el gobierno, dejando a Frondizi en
una situación vulnerable. Es por ello que el grupo de Frigerio comenzó a
influir en torno a los asuntos de
política exterior, considerando que la cuestión cubana podía ser utilizada para
ejercer presión sobre el gobierno norteamericano, con el fin de obtener la
ansiada y eficaz ayuda económica; a cambio del apoyo político en el marco de la
OEA. Ya que el fracaso de los modelos que Washington proponía, podrían
fortalecer la vía cubana.
Sumado
al empeoramiento del conflicto entre el presidente argentino y los militares, por
causa de la amenazas de expansión del comunismo en torno a la revolución cubana, se presionaba por la constante alineación de
Argentina a EEUU; Frondizi comenzó a ejercerle presión a EEUU en términos
económicos. Anteriormente se había manifestado en cuanto al conflicto en Cuba
ante la actitud de Castro de expropiación de las refinerías de petróleo Esso y
Texaco y la nacionalización de los bienes de los ciudadanos norteamericanos en
Cuba; enviando un telegrama a la embajada argentina diciendo que “El gobierno
argentino solicita al gobierno de Cuba que exprese su desaprobación a toda
manifestación que signifique injerencia de potencias extracontinentales en
asuntos americanos”.
La cuestión de Cuba se discutió en el seno del Consejo de
Seguridad Nacional con el fin de autorizar un programa para derrocar a Castro;
también se emitió una declaración contra la intervención “chino-soviética” en América,
y se reafirmó el principio de no intervención, la incompatibilidad del sistema
interamericano con toda forma de totalitarismo, y la obligación de los estados
de someterse a la disciplina del sistema.
Finalmente la resolución terminaba exhortando al arreglo pacífico
de las controversias y otorgando un voto de confianza a la OEA, donde algunos delegados,
como los de Brasil, Bolivia, Panamá y Uruguay no quisieron condenar a Cuba, sino en hacerla volver al grupo interamericano
económico. A todo esto, Frondizi también criticó la política comercial de
Estados Unidos que imponía restricciones a la entrada de productos argentinos,
en marco de su postura más firme en razón de las presiones que vivía en su país
ante la crisis primeramente económica y luego social-política.
Fueron poco importantes las iniciativas en la política
norteamericana en torno a la ayuda latinoamericana, de hecho hubo un unánime
acuerdo en cuanto a que el libre comercio y la inversión privada no eran
suficientes para conseguir el crecimiento económico y los cambios sociales
necesarios en América latina. Las medidas de mejoramiento social y desarrollo
económico en el marco de la Operación Panamericana, no conformaron ni a Brasil ni
a Argentina, que criticaron la propuesta norteamericana; al menos hasta la
llegada de John F. Kennedy, quien habría de establecer su programa denominado
Alianza para el Progreso con el fin de ayudar, pero la situación internacional se
vería agravada por la revolución cubana.
Fue otro de los motivos de su derrocamiento el entusiasmo que
Frondizi demostró ante EEUU y la nueva figura de Kennedy, en torno al programa denominado
la Alianza para el Progreso de 1961 que tenía por fin instaurar una nueva Doctrina
de la Seguridad Nacional donde las fuerzas armadas de los países americanos, se
constituyeran en aliadas del gobierno norteamericano en la lucha contra la
subversión; propuesta a la que el resto de América latina aprobaba cautelosamente.
Es por ello que más allá de estar
informado en relación a la invasión que EEUU pretendía hacer en Cuba
(concretada el 17 de abril de 1961), Frondizi ofreció una propuesta de
mediación en el caso Cuba, la que fue mal
recibida por las fuerzas armadas
argentinas que entendían la cuestión
como una traición a los intereses nacionales y una colaboración con los
extremistas. Así es como entre otros motivos internos como la Asunción de un
socialista como Alfredo Palacios, provocaron que el comandante en jefe, el
General Carlos Toranzo Montero y el almirante Isaac Rojas gestaran un golpe de
Estado en pos de regresar a la tercera Posición que pregonaba Perón.
Lo que provocó que el presidente comenzara a prestarle más
atención a la política exterior, buscando conformar un bloque de Estados
sudamericanos que buscaran disociarse de la crisis cubana, dando a entender a
EEUU que su posición se acercaba más a Cuba.
En cuanto a la integración con Brasil a través de los
acuerdos de Uruguayana, anteriormente mencioné que Frondizi apoyó desde su
inicio el proyecto del presidente
brasileño Kubitschek denominado Operación Panamericana, acordando coordinar su política regional
bilateral.
En ese contexto
el nuevo presidente de Brasil Janio Quadros tildado por algunos sectores de
Argentina como procomunista, igualmente se reunió con su par argentino en Uruguayana entre el 20 y 22 de abril de 1961. Los temas
tratados incluían un Acuerdo de Amistad
y Consulta, la colaboración en las Naciones Unidas, la cuestión de Cuba al que
Brasil calificó de grave error la posición de Estados Unidos; mientras que Frondizi
dejo clara sui posición pro occidental; se abordó el conflicto entre Ecuador y
Perú, el comercio entre ambos países, entre otros ítems. Aunque hubo algunos
cruces de opinión contrarios entre los cancilleres de ambos países en torno a los principios de no injerencia
extracontinental y de no intervención;
finalmente el Convenio de Amistad y Consulta dejo constancia de que las partes contratantes acordaban
efectuar consultas permanentes sobre todos los asuntos de interés común, y
coordinar sus actuaciones en el ámbito continental y mundial. También convenían
en mantener un intercambio de información sobre todas las cuestiones relevantes
en el ámbito internacional; así como la
consolidación del sistema interamericano; al mejoramiento de las
relaciones entre la Argentina y Brasil en los ámbitos jurídico, económico,
financiero y cultural, y al libre tránsito de personas entre ambos países.
Aunque el tratado quedaba abierto a la adhesión de todos los países del
continente, el mismo nunca fue ratificado por ninguno de los dos Congresos.
Actualmente se afirma que dicho Acuerdo no favoreció a Argentina ya que la
política de Brasil en ese momento era de una dirección neutralista con un
presidente cercano al mundo comunista, pero otros autores afirman que gracias a
él; Argentina logró evitar que Brasil enfatizara una política neutralista que
agravaría la situación hemisférica y obligaría a nuestro País a realizar gastos
militares para preservar su seguridad.
Autora; Jaquelin Parada
Gracias muy útil!
ResponderEliminarMuy largo para ser un resumen
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