Análisis de artículos actuales referidos a política exterior argentina en materia de Derechos Humanos y Democracia


Desde la vuelta de la democracia, la promoción y protección de los derechos humanos es una Política de Estado.
 En 1994, con la reforma de la Constitución Nacional, el compromiso hacia la protección y promoción de los derechos humanos fue profundizado con la incorporación -con rango constitucional- de los principales instrumentos del derecho internacional de los derechos humanos, entre los que se cuentan:
La Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre; la Declaración Universal de Derechos Humanos; la Convención Americana sobre Derechos Humanos; el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales; el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y su Protocolo Facultativo; la Convención sobre la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio; la Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial; la Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer; la Convención contra la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes; la Convención sobre los Derechos del Niño; los que, en las condiciones de su vigencia, deben entenderse complementarios de los derechos y garantías reconocidos en la Carta Magna.
En tanto que por Ley 25778 se otorgó jerarquía constitucional a la Convención sobre la imprescriptibilidad de los crímenes de guerra y los crímenes de lesa humanidad. Por su parte, la Ley 24820 otorgó también jerarquía constitucional a la Convención Interamericana sobre desaparición forzada de personas, aprobada por la Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA).
Recientemente, la Argentina ha establecido las bases para la puesta en marcha de un Plan Nacional de Derechos Humanos, que consiste en un diagnóstico del estado actual de su desarrollo en el país, a partir del cual se desprenden las principales líneas de acción estratégica a mediano y largo plazo. Este plan está conformado por un conjunto de medidas que permiten la sistematización, profundización y consolidación de los derechos humanos, mediante el trabajo consensuado y la participación de diversos actores sociales. Asimismo, desde el año 2005, se implementó un Plan Nacional contra la Discriminación, el cual contiene un pormenorizado diagnóstico de esta problemática y establece un esquema de trabajo, además de brindar recomendaciones específicas. Dentro del cual existe el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI).
Vale decir que es el Estado quien debe hacer valer dichos derechos, mediante el respeto y promoción de los mismos, es por ello que existe la Secretaria de Derechos Humanos actualmente, bajo la orbita del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, e interviene en todo lo concerniente a la elaboración y ejecución de las políticas, planes y programas coordinando con otros Ministerios y poderes del Estado, así como las distintas organizaciones gubernamentales, de derechos humanos.
En cuanto al sistema carcelario, como elemento determinante en cuanto a los derechos humanos. Al respecto, el Comité de DDHH ha manifestado su preocupación  en este sentido conociendo y resolviendo casos, como el de las cárceles de Mendoza. En los que comprobó la falta de cumplimiento por parte del Estado Argentino de los estándares internacionales en la materia.
Al respecto, y según el [1]informe anual 2009 de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, en la Provincia de Bs. As., hubo:
Muertes: En 2008 murieron 112 personas en el sistema penitenciario provincial, lo que implica un crecimiento del 10 % con relación al 2007. Su clasificación es;  muertes traumáticas (producto de peleas o heridas de arma blanca, suicidios por ahorcamiento, electrocución, asesinatos y otros) representan el 41% del total. En 31establecimientos fallecieron personas que estaban al cuidado del Estado. Las muertes no traumáticas representan el 57 % del total. Muchas son evitables y tienen origen en enfermedades que de tratarse de manera adecuada pueden curarse (casos de pacientes con VIH y TBC).
Hechos violentos: Según el informes del Poder Judicial, ascendieron a 7.027 en 2008, más de 585 hechos mensuales. Estos hechos se agrupan por; pelea entre varios internos, pelea entre dos internos, agresión entre internos, autolesión, accidente, agresión al personal, amenaza al personal e intento de suicidio.
Represión con balas de goma dentro de las cárceles, como herramienta para resolver las situaciones conflictivas que se generan. Aunque el personal penitenciario, por Ley tiene limitado el uso de armas, la represión con balas de goma ha sido utilizada al menos en 1.487 oportunidades durante 2008, o sea alrededor de 123 hechos por mes.
La tortura y los tratos crueles e inhumanos: el Estado provincial no ha construido políticas que se orienten expresa y sistemáticamente a prevenir, sancionar o identificar los hechos de tortura que se ejecutan en las cárceles provinciales. La tortura continúa siendo una práctica generalizada. El submarino seco, los palazos, las golpizas, la picana eléctrica, los traslados constantes, las duchas o manguerazos de agua helada, el aislamiento como castigo, constituyen un muestrario de prácticas vigentes. El Comité contra la Tortura presentó en 2008, 761 hábeas corpus individuales que denuncian el agravamiento de las condiciones de detención y,  gran parte de estos hechos constituyen tortura.
Agresiones físicas: de un total de 266 encuestas realizadas en 5 unidades penales de la provincia, el 72 % de los detenidos reveló haber sido agredido físicamente por personal penitenciario. Los más jóvenes y los primarios son porcentualmente más agredidos que los mayores y los reiterantes. El 25 % de las mujeres entrevistadas ha sufrido agresiones por parte del personal penitenciario en 2008.
El aislamiento: el aislamiento en los buzones de las cárceles provinciales constituye una de las formas más extendidas de tortura y crueldad sobre los detenidos. Esta medida se cumple en los llamados pabellones de separación del área de convivencia. Es allí donde se registra mayor violencia física (golpizas), además del padecimiento psicológico por el aislamiento y las condiciones de detención. El encierro es en celdas de 2 x 1,5 metros, con doble puerta, durante 23 ó 24 horas al día, muchas veces sin agua potable, con sanitarios que no funcionan, falta de luz, de calefacción, y sin acceso a patio, escuela o trabajo.
Varias son las variables que se mencionan en este informe que no tiene desperdicios, por ejemplo: los traslados, como medida de de castigo y

disciplinamiento desplegada por el Servicio Penitenciario sin control del Poder Judicial.
Vale decir que para evitar o contrarrestar esta situación carcelaria, se han constituido varios foros o fundaciones, asociaciones, al respecto compuesto por la misma sociedad civil. Todos participan en el control de la situación de las personas privadas de libertad, pero ha sido y es un trabajo bastante arduo, ya que no se encuentra enmarcada en planes o políticas que promuevan dicha participación articuladas desde el Estado. Por cuanto en muchos casos no se les permite su acceso a las cárceles.

Finalmente y en otro orden de cosas, nuestro también tiene responsabilidad humanitaria. Porque no sólo debe responder a sus ciudadanos o, a otros Estados; sino que también responde por el destino de los seres humanos, sin importar su bandera. En la agenda de los derechos humanos también está; la ayuda humanitaria, de la hospitalidad con el inmigrante y de la responsabilidad de proteger a una población que es víctima de un Estado que está cometiendo genocidio, limpieza étnica o crímenes de lesa humanidad. Esta responsabilidad nos lleva directamente a cooperar con países y regiones como Canadá, Escandinavia, Oceanía y algunos pares regionales como Chile, con quien creamos una fuerza conjunta de paz para trabajar bajo los mandatos de Naciones Unidas.

En cuanto a la democracia; la debilidad del compromiso de la sociedad argentina con la ley y su Constitución, junto con un grave déficit de legitimidad institucional; son las principales conclusiones que surgen de muchas investigaciones, y situación que se repite en varios países latinoamericanos, como es el caso de ésta investigación del [1]Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM de México. Aunque constatan la alta valoración que la mayoría de los entrevistados tiene de la Constitución y el hecho de que el respeto a la ley aparece como el logro más deseado para la sociedad argentina. Teniendo en cuenta que la observancia y aplicación de las leyes son el factor más importante para fortalecer la democracia, junto a la existencia de gobiernos honestos, transparentes y que rindan cuenta. Sin embargo los datos de la investigación arrojan que  hay un bajo grado de conocimiento de la Constitución junto a un alto nivel de irrespeto por la legalidad. El 86% de la población entrevistada considera que la Argentina vive la mayor parte del tiempo al margen de la ley, mientras que para el 88% de los entrevistados los argentinos son desobedientes y transgresores (aunque la mayoría no se ubica a sí mismo en esa categoría). Particularmente grave es el hecho de que los políticos en primer lugar (con un 74%) seguidos de los policías (56%), los funcionarios públicos (49%) y los jueces (41%) sean percibidos como los mayores y principales violadores de la ley.
Estos datos evidencian la gran paradoja que hoy caracteriza a la sociedad argentina. Por un lado, una gran demanda de legalidad, una alta valoración de la Constitución y una demanda de líderes capaces de manejarse con apego a las leyes. Pero, por el otro, una sociedad que conoce y cumple poco su Constitución, que se autocalifica mayoritariamente como transgresora, que en lugar de asumir como propia la responsabilidad de este incumplimiento prefiere transferirla a los "otros", en la que el 41% opina que hay momentos en que es necesario desobedecer la ley, el 38% sostiene que si piensa que tiene razón está dispuesto a ir en contra de lo que manda la ley, y el 23% que no está dispuesto a obedecer una decisión que no le gusta aunque esta haya sido adoptada por la mayoría. En este sentido, la encuesta pone de manifiesto otro dato preocupante, cual es la alta desconfianza y falta de credibilidad que afecta a las instituciones, sobre todo al Congreso y a los partidos políticos.
Aquí encontramos datos significativamente iguales a los obtenidos, también por investigaciones-encuestas; en este caso del [1]Informe Latinobarómetro 2008, en cuanto al estado de la Democracia en América Latina y el Caribe.
El informe muestra un aumento del apoyo a la democracia y a sus instituciones.
Una mayoría del 66% en promedio considera que la  democracia es indispensable para alcanzar el desarrollo,  un 71% se declara personalmente feliz y un 66% satisfecho con la vida.
El apoyo a la democracia promedia un 57% y alcanza al 82% en Venezuela, al 79% en Uruguay, al 73% en República Dominicana, al 68% en Bolivia, al 67% en Costa Rica, al 62% en Colombia y al 60% en Argentina. Las menores cifras corresponden a Guatemala (34%), México (43%), Honduras (44%), Perú (45%) y Brasil (47%).Y en un término intermedio se encuentran El Salvador (50%), Chile (51%), Paraguay (53%), Panamá (56%), Ecuador (56%) y Nicaragua (58%).
Asimismo, la democracia es considerada indispensable para el desarrollo por un 85% en Venezuela y un 78% en Uruguay, seguidos de República Dominicana (77%), Perú (76%), Paraguay (74%), Panamá (70%), Nicaragua (69%), México (67%), Argentina (67%), Honduras (64%), Guatemala (64%), El Salvador (63%), Ecuador (62%) y Costa Rica (60%). En Chile y Colombia esa convicción alcanza al 58%, en Brasil al 57% y en Bolivia al 55%.
En cuanto a la participación cívica electoral, ha aumentando su peso desde 2006 al 2008 de 57% a 59%. Así también se han promovido ámbitos de participación política no convencional como las marchas, protestas y manifestaciones en la calle: el 63% piensa  que estas demostraciones “son normales en democracia”, el 59% que son “indispensables para que las demandas sean escuchadas” y el 56% que “es una manera  que tienen hoy los jóvenes de sentirse parte de algo”. En contraste, otras formas convencionales de participación como firmar un petitorio (17%) y asistir a manifestaciones autorizadas (12%), se han mantenido o disminuido.
El crecimiento de la desigualdad es un fenómeno que se registra en muchas naciones, y erosiona nuestras comunidades, la mitad de los encuestados considere que no ha disminuido durante la democracia, mientras que sólo un 21% piensa que sí lo ha hecho.
Además hay críticas a la economía de mercado como fuente de desarrollo está creciendo en América Latina; y no es raro que se produzca en el momento de mayor crecimiento económico sostenido de los últimos años. Los latinoamericanos no rechazan la empresa privada, pero empiezan a proclamar una mayor presencia del Estado como solucionador de problemas. De esta forma cuando se interroga sobre si determinados servicios deberían estar mayoritariamente en manos del Estado o del mercado, los ciudadanos consideran que deberían estar en manos del Estado aquellos como: educación básica (86%), salud (85%), agua potable (83%), universidades (82%), petróleo (80%), teléfonos (71%). El informe resalta que los ciudadanos han comenzado a mirar al Estado para demandar soluciones, prefiriendo un mayor control por parte del Estado en ámbitos que durante décadas han sido controlados por manos privadas. Especial sorpresa surge de los datos relevados de la tendencia de los ciudadanos argentinos hacia el sistema de pensiones. Teniendo en cuenta que, según los datos relevados por Latinobarómetro, un 90% de la población se muestra a favor de la administración estatal, cuesta entender los profundos debates y protestas generadas por la decisión legislativa de que el sistema de jubilaciones retorne a manos del Estado, luego de la fallada administración de las AFJP. Aquí vemos claramente cómo muchas veces ciertos grupos de presión y medios de comunicación no reflejan, como pretenden mostrar, la real voluntad de la ciudadanía.
Al mismo tiempo la confianza en los empresarios cae tres puntos porcentuales desde la medición de 2006 (de 47% a 44%).Esta situación está en consonancia con el escenario actual. La crisis internacional generó la necesaria búsqueda de retorno hacia el Estado, mayor intervención del Estado, mayor control de los mercados, mayor protección de los empleos y  fondos de los grandes sectores vulnerables. Y aquí estamos frente a la necesidad de un nuevo conjunto de reformas estructurales, a un giro en el sentido exactamente contrario al modelo que se impuso en la década del noventa, que implica; el paso de un capitalismo liberal de mercado que aspira a ser al final una sociedad de mercado, a un capitalismo regulado que abre paso a otras formas de organización de la economía controlada por la política y el Estado y, por lo tanto a un modelo de tipo socialdemócrata y de Estado de protección social”.
Cuando se mide el grado de satisfacción con algunos de los servicios públicos que están en contacto más directo con los ciudadanos (como servicios municipales, transporte público, recolección de basura, alcantarillado, caminos y pavimentación, espacios públicos y áreas verdes), sólo el 26% expresa alta satisfacción, el 25% satisfacción media y el 48% baja satisfacción.
No es posible alcanzar una democracia sustentable sin una ciudadanía que adhiera éticamente a las políticas de inclusión social y que demuestre responsabilidad en la construcción de una sociedad justa. Además de los clásicos problemas como la pobreza, el desempleo y la desigualdad, que se repiten año tras año en la evaluación de Latinobarómetro, la ciudadanía muestra profunda preocupación por la delincuencia. Es la primera vez que aparece como el problema principal de la región, con un 17% sobre un 15% del desempleo. Presentando sus puntos mas críticos en Venezuela (57%) y México (33%), alcanza cerca del 20% en otros seis países como Guatemala (24%), Panamá (24%), Costa  Rica (22%), Honduras (22%) y Argentina (21%). Otros problemas como la inflación presentan especial atención en Panamá (46%), República Dominicana (22%) y Honduras (19%). El informe también hace hincapié en otros tópicos  importantes como la aprobación del gobierno, la confianza y la evaluación de las instituciones. En referencia a la confianza en el Gobierno ha  ido aumentado progresivamente en los últimos años,  contando con gobiernos con mayor legitimidad. Hay más confianza en la conducción del país que aumenta de 26% en el 2001 a 47% en el 2008.Sin embargo, este aumento de la aprobación y confianza en el Gobierno opera como un sustituto institucional, ya que las otras instituciones de la democracia cuentan con altos niveles de desconfianza por parte de la población. Asimismo, a pesar del aumento en los niveles de aprobación, un 70% piensa que “los países están gobernados por unos cuantos grupos poderosos en su propio beneficio”, lo que refuerza nuevamente la crisis de representatividad. Los ciudadanos rescatan como factores determinantes de la confianza en las instituciones públicas: la igualdad (58%), el cumplimiento de las promesas (28%) y la responsabilidad de admitir los errores (24%).
Si bien los latinoamericanos perciben que existe mayor corrupción en la política que en el resto de la sociedad, al mismo tiempo destacan un progreso en la lucha contra la corrupción (de 26% en el año 2004 a 38% en el año 2008).La creencia de que no es posible la democracia sin Congreso/Parlamento ha crecido significativamente entre 2001 y 2008 de 49% a 57%. También ha aumentado la evaluación positiva de su trabajo, de 38% en el 2006 a 41% en el 2008, y la confianza, de 17% en el 2003 a 32% en el 2008.
Capítulo aparte merecen los partidos políticos. Si bien es cierto que ha aumentado el número de ciudadanos que considera que sin partidos no puede haber democracia, de 49% en 2001 a 56% en 2008, la crisis de representatividad es fuerte y merece un gran trabajo al interior de los sistemas de partidos en América Latina para recomponer la situación. Por eso una democracia con partidos débiles es una democracia devaluada. El partido forma la voluntad política de un conjunto de grupos sociales, superando la atomización a la que necesariamente llevan los planteos corporativos y los individualismos. Únicamente mediante el fortalecimiento de los partidos políticos podremos generar las condiciones de gobernabilidad y concertar una estrategia de desarrollo participativa y transparente.
En un mundo altamente globalizado, la región da señales de su interés por los asuntos internacionales. Ha aumentado la opinión positiva sobre España (62%), Japón (61%), la Unión Europea (59%), China (58%) y los Estados Unidos (58%). Producto seguramente del crecimiento económico y de la mayor autonomía de la región en un mundo altamente globalizado.También la región se ha abierto a Cuba, como lo demuestra su reciente incorporación al Grupo Río. Latinoamérica demuestra grandes esperanzas en torno al giro de la política norteamericana para la región, sobre todo como consecuencia del triunfo electoral de Barack Obama.
A modo de conclusión, en igual grado de importancia a lo expresado con la exposición mediante datos estadísticos en cuanto a distintas variables que constituyen el sistema democrático, quiero resaltar mediante algunos gráficos la postura de nuestro país y de gran Bretaña en cuanto al caso tan sensible de la soberanía las Islas Malvinas.
Nuevamente refiriéndome a Barómetro hay una encuesta binacional de abril de este año sobre el tema, que se ha hecho a mayores de 18 años en ambos países sobre un total de más de 1800 encuestados.
Pregunta 1) ¿En términos generales, cuánto diría usted que conoce  sobre…? Reino Unido para el encuestado argentino y viceversa. Lo ingleses saben poco de Argentina, pero menos sabemos los argentinos sobre ellos.



En cuanto a la imagen que se tiene del país “contrincante” el siguiente gráfico muestra: que el Reino Unido tiene mayor imagen negativa de nosotros que nosotros de ellos.

En cuanto a la importancia  de la cuestión de las Islas Malvinas para la Argentina, los ingleses entienden que es relativamente alto, pero el argentino responde en un 85% al respecto.
Y, si la pregunta se torna al revés, la importancia que tiene para el Reino Unido las Islas, , resulta que el argentino encuestado cree en un 57% la existencia de dicho interés ingles, y en Reino Unido entienden que es lógicamente más alto, un 62%. Casi el mismo porcentaje tienen ellos de nosotros en cuanto a nuestro interés sobre las Malvinas, si vemos las barras del gráfico anterior (65%).
¿Y qué tan legítimos considera que son los reclamos  argentinos sobre las Islas Malvinas?

¿Y qué tan legítimos considera que son los reclamos  británicos sobre las Islas Malvinas?


¿Cómo evalúa usted las reacciones y medidas del actual Gobierno Argentino frente al tema? Aquí es paradójico lo que observamos en cuanto a la casi paridad en la respuesta, entre los porcentajes de “bien”, y de “mal”, en cuanto las gestiones del gobierno argentino en los últimos años sobre el tema.



Por lo que sabe, ¿Los principales países del mundo y  organismos internacionales apoyan la postura del Reino  Unido, la de Argentina o son neutrales?
Hay poca diferencia entre aquellos argentinos que entienden que hay definitivamente apoyo internacional, con los que no saben del tema, o creen que hay neutralidad ante el pedido argentino. Sin embargo y lógicamente, los ingleses entienden que hay neutralidad internacional, pero muy cerca del porcentaje están los que no saben sobre ello.
Es notable que en la encuesta se revele el alto grado de conformidad inglesa con las medidas de su gobierno, en contraposición con la negativa en un porcentaje alto de argentinos respecto a ello.

Sin embargo a la hora de preguntarles sobre el eventual apoyo o no, a que Argentina y el Reino
Unido se sienten a dialogar sobre la soberanía de la Islas
Malvinas, los argentinos apoyamos en un 83%, pero los ingleses solo en un 37%.

Hay otras consultas, tales como las referidas a la Guerra de Malvinas en 1982, y eL futuro de las islas, entre otras; pero que no desarrollaré aquí ya hora.

Concluyendo con el análisis, quiero dejar constancia que los medios masivos de comunicación en todo momento son un aporte importante en los resultados de las encuestas. Ya que la percepción de la masa poblacional está constantemente influenciada por ellos. Por eso me parece que es notable que haya legislación acorde al tema. Quiero decir, un control no de la libre expresión, sino de la pluralidad que tiene que existir en los países. Que se combata a los monopolios privados, pero no con la instalación de monopolios estatales, porque ello tampoco garantiza la libertad de informar.
Es un derecho el que todos los ciudadanos tengamos acceso a la información de los actos de gobierno, lo que no implica la publicidad oficial de dichas gestiones. Las pautas se debe regular equitativamente, y el contenido de dicha información debe ser lo más objetivo posible, sin partidismo político, o con bajada de línea o estrategia electoralista.
Tiene que haber mayor transparencia del Estado, y eso depende de la mayor participación e interés por tales asuntos por parte de la sociedad. Lo que significa que el mismo Estado debe garantizar que esos derechos cívicos sean conocidos y sean cumplidos. Todo esto fortalece a la democracia, que la constituimos todos, sin desmedro de nada ni de nadie. Todos estamos bajo el mismo territorio, solo que en algunos recae con mayor responsabilidad que en otros, pero seguimos siendo parte importante de la masa mayoritaria que puede constituirse en por ejemplo ONG, para hacer un seguimiento de las acciones estatales, del comportamiento de los propios ciudadanos y/o proponer medidas al respecto. Hemos visto en el caso argentino que sucede cuando el pueblo sale a las calles en 2001 por ejemplo,            que más allá del agobio por la crisis estructural económico social de país, también salen a la calle para pedir legislación como la del matrimonio igualitario, etc.
Los medios masivos son el vínculo más fuerte en esta nueva era tecnológica que asiste a la apertura de un nuevo paradigma en la globalización actual, entre las masas y el poder gobernante, así como entre nuestro país y los demás países del mundo. Soy optimista al respecto, y entiendo que podemos bien utilizar esta posibilidad de la ciencia para darnos cuenta que podemos cambiar la historia, de hecho lo estamos haciendo rápidamente. En muchos casos a favor de legislaciones más afines a las demandas soberanas del pueblo y, en otros casos, afines a las demandas del mercado  capitalista que vemos lentamente mutar para dar paso a un nuevo sistema.


Autora: Jaquelin Parada




[2] Argentina: una sociedad anomica, proyecto conjunto de la Asociación Argentina de Derecho Constitucional e IDEA Internacional, publicado por el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM de México, y dirigido por Antonio Maria Hernández, Manuel Mora y Araujo. Ver en: http://www.observatorioelectoral.org/informes/analisis/?country=argentina&file=050918
3] Análisis del Informe Latinobarómetro 2008 Por la Lic. Dolores Gandulfo, Coordinadora ejecutiva de la Presidencia de la COPPPAL. Ver online en:



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