El populismo en nuestra actual Argentina, ¿existe?


El populismo, es una lógica social de articulación, al tomar unidades más pequeñas de un grupo y analizarlas. Es la forma de mostrar una asimetría entre la comunidad como un “todo”; sociedad; y a todo actor social que opera dentro de ella. Es construir un puente de conexión; y eso es lo que define a la “articulación”. Según la perspectiva holística hay:
§                    Lógica de las diferencias: Donde cada instancia  constituye una parte; o punto diferencial de una unión social inseparable por naturaleza; y altamente institucionalizada. Presupone que no hay división social  donde que toda demanda legítima, puede ser satisfecha de un modo administrativo, no antagónico.


§                    Lógica de la equivalencia: Es una forma de articular diferencias. Donde todas las demandas, más allá de lo diferente en su carácter y contenido; se reagrupan y forman una cadena equivalencial. Es la demanda misma es su propia particularidad que apunta mediante vínculos equivalenciales al conjunto de otras demandas.
Cuando más tienden a ser absorbidas diferencialmente las demandas sociales dentro de un sistema institucional “exitoso”; más débiles serán los vínculos equivalenciales y menos probable la constitución de una subjetividad popular. Por lo que si hay una situación donde coexisten una determinada pluralidad de demandas insatisfechas, sumado a la creciente incapacidad del sistema institucional para absorberlas diferencialmente, es cuando se dan las condiciones para una ruptura populista. Son equivalencias porque se relacionan co una falta o ausencia de algo que las domine o satisfaga a “todas”.
Un ejemplo de ello es: Lógica de las diferencias: Demanda de un grupo de vecinos para que se les extienda la red cloacal a su barrio. Ya que pasa a 50 metros de sus veredas. El sistema responde a ello, o no. Y en la lógica equivalencial: Demanda de vecinos que se suma al pedido anterior, pero esta vez por ausencia de re de gas, de servicios públicos de pasajeros y de falta de seguridad en el mismo barrio. El sistema puede responder o satisfacer a una de ella, a todas o a ninguna.
Si el populismo es un modo arraigado mediante el cual se lleva a cabo la política y; que deriva de la brecha existente entre los lideres y liderados; que según Laclau depende de una exterioridad constitutiva. El “otro”, de las identidades populistas, es tan diverso, como la identidad del pueblo; del cual constituye su exterioridad. Las condiciones para que se de un proceso populista, pueden ser; la ruptura del orden social; perdida de confianza en la capacidad del sistema político para restaurarlo; agotamiento de las tradiciones políticas y desprestigio de partidos políticos; cambios en niveles de la economía, cultura y la sociedad; y surgimiento de formas de representación política, fuera de las instituciones políticas tradicionales. No hay populismo sin una construcción discursiva del enemigo.
 En cuanto a la cadena de equivalencias; que resulta de  un corto circuito entre las demandas planteadas al sistema y la capacidad de éste, para satisfacerlas; la cadena se representa si una demanda particular (sin abandonar su peculiaridad)  funciona como significante que representa a la cadena como totalidad; eso es hegemonía. Hegemoníza su significado discursivo, generalmente tomado por los lideres del agrupamiento “populista”. Generalizando diferentes símbolos que hacen a la identidad del “pueblo”, constituidos previamente, pero dejados de lado por otros líderes, si los hubo o políticos en tal caso. Su función como desafiante al orden institucional y de diferenciación en relación a sus antecesores; es la inclusión de los excluidos.
¿El populismo, es una ideología o  un régimen político? Laclau entiende que al utilizar el término “populismo”, nuestras prácticas lingüísticas presuponen un contenido social e ideológico, pero tiene excepciones. Según el autor práctica política del autor tiene prioridad ontológica sobre el agente, y serían las unidades de análisis del grupo, ya que el grupo es articulación de tales practicas sociales, más allá de la ideología de cada un de sus integrantes. Por lo que un movimiento es populista al mostrar una determinada lógica de articulación de esos contenidos. Entonces se debe analizar desde unidades más pequeñas al grupo, ya sea de un nivel político o ideológico. Y, como categoría ontológica, su significado no está en su contenido político o ideológico, sino en su modo de articulación de tales contenidos sociales. Entonces existe populismo si hay conjunto de prácticas políticas- discursivas que construyen un sujeto popular. En tal modo de articulación específico prevalece la lógica equivalencial sobre la lógica diferencial; más allá de los contenidos reales que se articulan. De hecho hay articulación de estos movimientos en cuanto a sus opuestos contenidos. Porque tal migración de significados puede concebirse si se enmarcan en el populismo como principal forma de articulación. Al ser la equivalencia una forma de articular las demandas, sin eliminarlas. Lo que resulta de una ruptura populista es un régimen, cada vez más institucionalizado, donde el populismo es “sinónimo de lo político”, al cuestionar el orden institucional.

¿El kirchnerismo es populista? personalmente creo que el Kirchnerismo es “populista”. Porque quieren una sociedad más igualitaria fortaleciéndose en la  adopción por parte  del líder de elementos culturales que son considerados indicadores de inferioridad por la cultura dominante.  No olvido el día de Asunción de Néstor que salio con su bastón presidencial a saludar a la gente “común”, y terminó golpeado por los apretujones de la multitud. Él saludó siempre al pueblo sin barreras, y eso los ha identificado a ambos, su cercanía con la gente.
Si bien Nestor Kirchner comenzó levantando las banderas de su líder político el Gral. Perón; él pudo darle su propia impronta al movimiento. Sabemos que la ausencia del líder (en este caso Perón) no hace a que su mística o ideales acaben. Sino que contrariamente a eso en este ejemplo argentino, se han magnificado en la gestión (si me permite) K. Porque aunque hubo otro gobiernos justicialistas como el de Carlos Ménem, quien mejor supo identificar los símbolos y llevarlos a su más alto nivel nacionalista y de representatividad, fue la gestión de los Kirchner. Han articulado demandas logrando pasar de la lógica diferencial, a la lógica equivalencial. Mediante la “cadena equivalencial”  de demandas específicas, como la justicia social”, la dignidad”, el trabajo, los juicios a los represores, etc.
Se enfrentaron al sistema mundial capitalista basta ver su postura ante el FMI, (básicamente contra las grandes corporaciones, y elites de empresarios como el sector del campo en nuestro país), contra todo aquel que se oponga a los derechos humanos, a las minorías, etc.
Los K, están en constante antagonismo y  rol contra el adversario, han jugado y juegan, un papel dinámico al respecto. Recuerdo que al asumir Néstor como presidente lo primero que hizo fue un Boicot a la Shell, afirmando que él cuida la economía de su país celosamente, como un ama de casa cuida la economía de su hogar.  Cambiaron el imaginario político del país, porque la gente empezó a ver un futuro con un signo radicalmente diferente, me amparo en  encuestas de imagen positiva, y en las elecciones  primarias pasadas, que dieron rotundo apoyo a la gestión K con ausencia de su líder, Néstor.
En cuanto a;  ¿qué pudo cambiar luego de su muerte?, tomo las palabras del presidente venezolano Hugo Chávez al pisar el país para asistir al sepelio de su amigo, el ex presidente argentino; él dijo: “Antes de Kirchner, era la noche. Yo recuerdo a la Argentina arrodillada”. Ahora con su ausencia, la gestión K lo recuerda en cada acto. Cristiana aun sigue vistiendo el luto, pero sobre todo si el líder no está he notado, que su mística persiste con mas arraigo por parte de sus seguidores, y sobre todo en los últimos tiempos de muchos jóvenes que se han visto atraídos  por diferentes programas de contenido educativo como los concursos para documentales a cineastas, la ley de radiodifusión, el casamiento igualitario, etc.
La aparición de una frontera que diferencia al “pueblo” de un “otro”, de un enemigo interno; a veces externo; que se percibe como contrario a la satisfacción de las demandas articuladas en la cadena equivalencias, es notable, y  Cristina sigue los pasos o el modelo delineado por su difunto marido, por lo que en nada ha cambiado el programa de gobierno y militancia popular, excepto que hay nostalgia viva en cada rincón donde hay un adherente al movimiento “K”.



Autora: Jaquelin Parada

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