Los movimientos sociales de acción colectiva, en relación al 2001 argentino


EI  enfoque de  la movilización de recursos, que expone  Esteban Iglesias, intenta explicar la acción colectiva en términos de acción contenciosa privilegiando, el momento político de  la movilización social. Considerando que  en  la sociedad existen una serie de  recursos -poder, dinero, prestigio, cultura e ideología entre otros factores, que  están distribuidos desigualmente entre los distintos grupos  sociales.
En el mismo sentido Tarrow, entiende que entre el modo en  que  las  estructuras-sociales subyacentes y el potencial de movilización, para transformarse en acción, hay (en el medio)  “oportunidades política". Son el momento clave  a partir del cual se puede explicar como los  elementos de la acción colectiva se encuentran determinados por ciertas dimensiones;

  • Apertura del acceso a la participación de nuevos actores
  • Las pruebas de nuevas alianzas política en el seno del gobierno
  • La aparición de aliados influyentes
  • La aparición de divisiones entre los dirigentes
  • Disminución en la capacidad o voluntad del Estado de reprimir la residencia.
Este análisis, al que denomina ESTATISMO DINAMICO, considera la existencia de una mutua relación entre Estado y movimientos sociales.

“Es mediante las luchas y la acción colectiva como los sujetos han podido vislumbrar y apropiarse del sentido de lo político, concebido éste como autodeterminación y, a la vez, como creación de mundos alternativos.”  Con estas palabras cierra el libro “La sociedad excluyente”,  la socióloga Maristella Svampa, con la imagen de un plato roto en la portada de su libro, como telón de fondo de una Argentina arrasada por el capitalismo en su versión neoliberal. Para Svampa, comprender el  surgimiento  de  un  conjunto  de movimientos  de  desocupados  (piquetero) como la experiencias más  novedosa de  Argentina de la última década es menester toma en cuenta:
§                    El contexto de  transformación  económica,  social  y  política  de  la  Argentina  de  los  últimos  treinta años. 
§                    La  aplicación  de  políticas  neoliberales que  terminaron  por  reconfigurar completamente  las bases de  la sociedad. 
§                    El proceso, marcado por el empobrecimiento, la vulnerabilidad y  la exclusión social que comenzó en los años ´70, con la última dictadura militar; tuvo su punto de inflexión entre 1989 y 1991, con la asunción de Carlos Menem al  gobierno 
§                    En los 90´ profundizan  las  políticas de apertura  comercial  y de  reestructuración  del  estado
§                    Luego de 1995,  con  la  acentuación  de  la  recesión  económica  y  la  entrada  a  la  desocupación masiva. 

Lo que a mi criterio se contextualiza como la oportunidad política en el caso de Argentina, que propiciaron el surgimiento de acciones colectivas, entendiendo que los demás países latinoamericanos tampoco estaban al margen de tales efectos.
En pocos años,  la cartografía social  varió  considerablemente, afirma la socióloga
El llamado cordón industrial se  convirtió en un verdadero cementerio de  fábricas y pequeños comercios, que fueron reemplazados por cadenas de shoopings e hipermercados. En medio de la euforia neoliberal comenzaron a erigirse los altos muros de la ciudad privatizada (urbanizaciones cerradas, con seguridad privada), al tiempo que se multiplicaron las villas de emergencia y los asentamientos.
Sin  embargo,  desde  el  fondo  de  la  descomposición  social ,  nuevas  formas de organización y de movilización fueron emergiendo en la sociedad Argentina. 
A partir de 1996­97, una parte de Argentina, sacrificada por el modelo neo­liberal e ignorada por los medios de comunicación, hizo su irrupción 
en  las  rutas  del país,  impidiendo  la libre  circulación de personas  y mercancías, en  demanda de puestos de  trabajo. De esta manera, la acción colectiva  trajo  consigo  la  idea de que otra identidad y otro destino era posible para quienes habían perdido su trabajo y habían visto interrumpida su carrera laboral. 
Así ,  pese  a  que  la  demanda  de  las  organizaciones  de  desocupados  ha  sido siempre la creación de puestos de trabajo, desde 1996 el Estado argentino respondió a las mismas a través de un programa de subsidios, que incluye una ayuda financiera, a cambio de una contraprestación laboral. Por otro lado, la represión y la judicialización del conflicto social, se constituyeron en la otra variable configurativa de la política neoliberal. 

Sin  embargo, Maristella Svampa concluye que  con  la  asunción  de  N.  Kirchner,  varias  cosas  han  cambiado, y que coincidían con las exigencias,  encarnando  esa  voluntad de retorno a la normalidad de pedido del pueblo en 2001. Algo así como  la expectativa, de encontrar un principio de estabilidad después del   cataclismo vivido.
En tal sentido Cecilia Lesgart" y Gaston Souroujon en “Apuntes teórico-políticos sobre el cambio de  clima político-cultural de la última década”, afirman; Nestor Kirchner fue  hábil en  su  convocatoria amplia a demandas de  sectores políticos y  sociales que  habían quedado relegados durante el primer gobierno constitucional post elecciones dictatoriales y en las sombras con el menemismo: los Derechos Humanos, de sobrevivientes a la dictadura, de militantes políticos de los años 70, y de peronistas identificados con un pasado juvenil ligado a una ética de convicciones. Convoco discursiva y políticamente a  través de las conmemoraciones, actos culturales e  inclusión en  puestos del  gobierno y  la  administración publica de sectores del  peronismo identificados con un  pasado de izquierda, que habiendo  no tenido actuación política desde  1983,  reforzaban el compromiso vital del presidente de  acercarse y rememorar  los valores de  la que ha  llamado su generación, la "generación de los 70".  Este transito intenta configurarse como una historia publica, en el sentido de común a todos.

Gabriela Delamata asegura que junto con la transformación sistémica de la modalidad del reclamo laboral y el desgaste que supone para la acción colectiva el disciplinamiento social impuesto por el incremento del desempleo y el empleo precario posteriores a los 70`, presenciamos también una afectación profunda del rol de los sindicatos como referentes de la reivindicación laboral debido a la nueva posición económica y política que ostentan.

El peronismo en su conjunto va a mostrar durante la década de los 90 su declinación a sostener tanto material como simbólicamente, la institución de la ciudadanía socio-laboral. Es aquí donde se da la oportunidad política, donde se instala los conflictos (por la redefinición de los derechos de ciudadanía) por la precarización laboral y la desocupación.
Las movilizaciones se van a emplazar por fuera de la red gremial con dos formas novedosas de la protesta social en los 90´ según Delamata;  

 1) Estallidos sociales se que producen en algunas ciudades del interior a partir de 1993 en el contexto de la crisis financiera que aqueja a los estados provinciales. (las directivas de ajuste fiscal a las administraciones provinciales, impulsadas por el gobierno nacional que fue de racionalizar gastos y salarios en la estructura del Estado. Momento en que las Provincias engrosaban su deuda pública local y estaban inmersos en crisis políticas o institucionales de envergadura, debido a las mutuas acusaciones, entre la clase política local, de incompetencia administrativa y uso ilegal de los fondos públicos ) El resultado; movilizaciones callejeras de una multitud de empleados públicos provinciales y/o municipales, acompañados de vastos sectores de la comunidad local, enardecidos frente al atraso en el pago de sus salarios, pidiendo por su empleo y su remuneración, algunas terminaron con la intervención federal a las provincias.
2) Cortes de ruta, desde 1997, relacionados con el aumento y la generalización del desempleo en distintas áreas urbanas del país (interponían el derecho a ser escuchados por las autoridades estatales nacionales, rechazando al mismo tiempo la participación de los partidos políticos y de las organizaciones sindicales en la mediación de los reclamos) El trasfondo socioeconómico de la acción colectiva de los «piqueteros» es la situación de alto y generalizado desempleo que comienza a afectar a ciudades del interior del país, como consecuencia del cierre de empresas o la reducción de sus plantillas de trabajadores.

La aparición de los piqueteros demuestra la reducción de expectativas de acción en el anterior esquema integrador (de 1970) que determino en la constitución de un reclamo de derechos. Desde los primeros cortes en las provincias del interior a la actual organización nacional de desocupados, la repolitización de la identidad de ciudadanía entre los trabajadores sin empleo ha sido un rasgo constitutivo de los distintos movimientos.

Gabriela Delamata, concluye; en la perspectiva histórica de los últimos 10 años, de política en Argentina, los tres modelos de la ciudadanía que habían sido partes constitutivas del engranaje de integración institucional; hoy se encuentran quebrados:
  • El modelo de la ciudadanía social, con su doble dimensión de derechos laborales sindicales y de relaciones clientelares y protección social subsidiaria en los márgenes de la estructura social;
  • El modelo de la ciudadanía política, basado en las mediaciones y la integración a través del sistema político;
  • El modelo de la ciudadanía del consumidor, de más corto aliento.

Los nuevos significados de la ciudadanía que se articulan en las protestas, son:

  • la activación de una nueva demanda de ciudadanía social en el movimiento de desocupados que se fue desarrollando e institucionalizando junto con otras organizaciones participantes principalmente en la CTA y Frenapo. (supone una alteración del significado tradicional de la ciudadanía social y por tanto una transformación institucional de los mecanismos de integración social )
  • El sentido de lo político en las asambleas barriales con fuerte denuncia y rechazo de la política institucional. Es la demanda de democracia participativa o la acción colectiva sin delegación de poder hacia otras instancias referentes de soberanía. Como un reclamo hacia adentro de la misma gente “el poder hacer” (que combina la autogestión de necesidades básicas con la participación en debates, marchas y protestas bajo el mismo lema de rechazo a la política institucional) y, un hacer que deriva del poder (de reunirse y actuar concertadamente) y un poder (colectivo), que se gesta directamente en el hacer (el hacerse cargo, el gestionar por sí mismos).
En Argentina la construcción social de la protesta se produce en diferentes niveles y etapas. Pero siempre los individuos se socializan en entornos caracterizados por determinadas creencias colectivas, esa es nuestra identidad argentina, reforzada a mi criterio desde 2001, (oportunidad política) con la activación de una nueva demanda de ciudadanía social.


Autora; Jaquelin Parada

Comentarios

Entradas populares de este blog

Abriendo el corazón, desde la compresión consciente de nuestra energía

UNASUR y las teorías de la integración